Juan cabezuelo nos vuelve a deleitar con su literatura en el blog:
https://notasescritasenelvater.blogspot.com/
como muestra os iremos trayendo algunos de sus textos . aquí empezó con el primero.
La muerte en pequeñas dosis
Esperar en la sala de espera,
sé que suena redundante
y que ya he escrito suficientes
poemas sobre este tema
cómo
para arriesgarme con algo nuevo.
Llevo tanto tiempo aquí
que el olor del hospital
me ha impregnado tanto las fosas nasales
que he dejado de notarlo;
ni siquiera la muerte está ya
aquí dentro,
prefiere esperar junto a la autopista
a que la palmemos
en un estúpido accidente de coche,
o en la puerta de algún
cajero automático
a que un vagabundo
la casque por congelación,
los que estamos en esta sala de espera
somos demasiados patéticos
como para que la muerte
se interese por nosotros.
Un tipo habla por el móvil,
me gustaría estamparle la cabeza
contra la pared
mientras le grito
cierra el puto pico,
a nadie le interesa tu conversación,
pero no lo hago,
me dedico a esperar
a que me toque el turno
para que cualquier medicucho
me diga que tampoco moriré
esta noche;
pero tú no te confíes,
así que será mejor que vigiles un poco
si vuelves a casa
conduciendo por la autopista
o tienes intención
de dormir
en algún cajero automático.
sé que suena redundante
y que ya he escrito suficientes
poemas sobre este tema
cómo
para arriesgarme con algo nuevo.
Llevo tanto tiempo aquí
que el olor del hospital
me ha impregnado tanto las fosas nasales
que he dejado de notarlo;
ni siquiera la muerte está ya
aquí dentro,
prefiere esperar junto a la autopista
a que la palmemos
en un estúpido accidente de coche,
o en la puerta de algún
cajero automático
a que un vagabundo
la casque por congelación,
los que estamos en esta sala de espera
somos demasiados patéticos
como para que la muerte
se interese por nosotros.
Un tipo habla por el móvil,
me gustaría estamparle la cabeza
contra la pared
mientras le grito
cierra el puto pico,
a nadie le interesa tu conversación,
pero no lo hago,
me dedico a esperar
a que me toque el turno
para que cualquier medicucho
me diga que tampoco moriré
esta noche;
pero tú no te confíes,
así que será mejor que vigiles un poco
si vuelves a casa
conduciendo por la autopista
o tienes intención
de dormir
en algún cajero automático.
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