CAPITULO 8 –
El haber pasado al inframundo a Spidi, le dejó bastante afectado a Hades.
¿ cómo era posible tanta desidia por parte de su familia?
Cuando llegó a casa, aún era de día. Fue como si no hubiese pasado el tiempo, todo era un stand by. Cristina seguía sentada en la mesa tomándose el café.
– ¿ Sabes? Creo que este nuevo trabajo, aún con sus cosas, no me desagrada…
Yo lo único que quitó s que seas feliz Hades , ya lo sabes – dijo Cristina – pero aún no sé cómo les vas a explicar lo tuyo…
-todo se andará. .. luego recogeré del Instituto a Alara y hablaré con ella.
Por cierto, has notado algo raro en los últimos treinta minutos?
Pues no, la verdad… que se supone que ha pasado?
– pues sinceramente , creo que esto del botón, la aplicación y demás del curro… funcionaba.
Eran las dos de la tarde, cuando se encontraba en la puerta del Instituto, algunos de los alumnos le miraban raro , en estos tiempos que corren ver a un tipo de cuarenta tacos, con pantalones de camuflaje, cresta y con cadenas colgando, era un rara avis en su barrio…
Se quedo ensimismado , en sus pensamientos cuando apareció su hija. Parecía mentira, con quince años, y era toda una mujer.
Hola viejo, que… a donde me llevas a comer? La pregunta, tenía trampa, como casi todo lo que proponia Alara… pues no se… quieres ir al asiático?- Vale, viejo…
Sentados a la mesa, mientras elegía platos del menú rompió el hielo.
-Alara, sabes que he cambiado de trabajo…pero el nuevo no es nada a lo que se parezca al anterior.
– has empezado a trabajar de fotógrafo? Jajajaja Papa… no te pega…
No, Alara. Ahora me dedico al negocio de la muerte…
Abrió los ojos como nunca, dejando las pupilas totalmente dilatadas…
Y en que consiste , Papa?
Me encargo de llevar al otro lado a la gente.
Te acuerdas de la serie esa americana, en la que una chica veía muertos y les ayudan a cruzar?
-claro.
Pues yo, hago lo mismo. Sólo que esto es la realidad…
Bueno Papa, y como ha llegado eso?
La pregunta, es difícil de contestar, hija. Pero con el tiempo es posible que tú tengas también esta Facultad.
Mientras iban comiendo, Hades le fue explicando como se había desarrollado todo, como a la edad de Max, tras una intervención quirúrgica, se vio fuera de su cuerpo en el inframundo y allí le explacorn quien era… Alara miraba a su padre ensimismada, en el fondo de su pequeño corazón, Hades sabía que tenía que seguir hablando. Esto sólo lo sabían Cristina y ella y la verdad, era como si encontrase un remanso de paz entre tanta locura vivida en lo últimos 15 días.
Mientras tomaban los postres, en teléfono sonó…
-Hades, puedes hablar?- la voz, era de Hipnos, soñaba oscura y apagada…
– Claro, dime…
En una hora tienes que estsr diponible. Hoy te voy a enseñar otro e nuestros trabajos… hoy vas a vivir de cerca lo peor de lo nuestro.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Hades. Intuía que esa situación no era del todo agradable.
– Vale, si… dentro de una hora en la puerta del I.F.
Cuando colgó, Alara, le preguntó con la mirada, creo que se acabó la comida, no papá? Le dijo – si. Vamos a casa que tengo trabajo.
Cuando llegaron al portal, se despidió de su hija y la vio alejarse.
Habría entendido su negocio? Lo aceptará?
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