AROMAS
Ya le digo mi Señora, aireando desde julio.
Que vendieronse los ajos por San Pedro, mas el hedor se aferró fuerte a la estancia. Como pijama de franela a sábana ajada de algodón.
Austera sin asustarse
suciedad sin ensuciarse
plenitud aun sin ser creyente.
Reflejaba lo que sentía
y como lo expresaba
sin límites amaba.
Nadie podía arrebatar su grandeza
lucero que apaga la rabia de la ofensa
resurge sin lucha de tu agonía.
Y siempre
pintaría otro cuadro en caso de saqueo.
El orden incongruente de la Vida.
La mano de la noche la acompañó en el último tránsito de su existencia y allí quedé yo, sentado, sin ella, sin Vida.
Libre
Era tu momento, venías, te sentabas, te miraba, te escuchaba. Las mismas historias y las mismas mentiras que tú te creías. Allí se quedaron nuestras sillas vacías.
Afrodita : ¡ quién ha sido el gilipollas!…¿ nadie dice nada?…
Atenea : vamos – díselo ya -.
Zeus : joder – ¡ que pesadas ! -…está bien…he sido yo…¡ un ataque de hipo !.
Atenea : ¿ y los humanos ?.
Zeus : succionados ( dice con indiferencia ).
EL DIA QUE SE DESVELÓ EL SECRETO DE MI PADRE
Padre se sentaba taciturno en su silla de anea. Yo, de pie en esa otra silla, contemplaba durante horas esas colinas parduzcas que odiaba, esperando el regreso de madre. Pero ella siempre estuvo aquí, emparedada.
Arena
El abuelo no creía en medidores láser, menos en la honestidad.
“Eso no es un metro de arena”, dijo y salio presuroso. La abuela detrás.
srps
Desesperanza.
Lejos de aquí. Al final de este sendero que cruza colinas calcinadas.
Hay otra casa vacía, con una ventana abierta que mira hacia acá.
SOLEDAD
Entonces fuiste latido de vida que descorchaba el tiempo, ahora fugitivo entre las sombras de esta casa, tesoro mutilado por el paso de los años, eres la piel del silencio . Aún conservo intactos tus besos y tus poemas de amor.
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@Beatriz Reinoso
LAS SILLAS:
Las conversaciones duraban largas horas. La tarde caía al ronroneo de la noche, mientras una colina gris atravesaba la ventana. Tertulias del tiempo que hoy yacen en esta habitación desnuda.
Sil Perez
Una ventana abierta
Un campo limpio
Un ambiente distinto
Una paz encubierta
Una noche siniestra
Quiero luz en mi Alma
Una piel que me araña
Una lluvia de amores
Un gran campo de flores
Y quitarte la falda.
Pepe balaguer.
Mi intuición era la guía; la casa, el destino.
Dos sillas rotas me decían que eran mi camino
Las monté, me urgía y ellas lideraron mi sino.
Sino que triunfaría hasta límites casi divinos.
Petro LeJones
Sucumbo al vacío de mi mente. Me asomo al inerte estado de mis musas, observo y solo encuentro el vano hueco de mi inspiración contemplando un páramo siempre yermo. Larga espera de papel en blanco.
Nada había que pudiera perturbarlos. La misma y acostumbrada conversación, los mismos gestos.
Ninguno tuvo intención de levantarse, siquiera para evitar el adormecimiento de las piernas. Y aunque lo sabían, ninguno de los dos lo mencionó.
LAS TRES EDADES
Desgasté el asiento de la niñez junto al cariño de mi padre.
Lo abandoné para descubrir el mundo tras la ventana y cuando regresé no estaba.
Tomé su asiento… viendo en mi hijo mi futuro.
Desaciertos
….
El diálogo entre nosotros nunca fue fácil.
La vida se nos fue viendo pasar el verano, el otoño, un invierno… Y no nos dimos cuenta que el paisaje era el mismo para los dos.
Librada Romero.
Cada día las hermanas se sentaban frente a la ventana, hablaban de sus cosas siempre era asi y lo siguen asiendo a pesar de que murieron ayer
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