Qué nos queda. La pasión se fue corriendo con nuestros años. La nostalgia de los recuerdos me invade cada noche. Nos queda muy poco tiempo. Pero he cumplido la promesa de compartirlo contigo mi amor.
Pasaron los años…
Pasó la vida…
pero aquí seguimos, juntos cada día, observando el atardecer.
Siempre soñó con pasar sus últimos años en algún lugar con vistas al océano y un sofá mullido donde reposar sus nalgas huesudas. Pero ya sabía que la vida no es como la soñamos.
Aun queda anea en la pequeña silla para sentarnos junto a la ventana y dejar que nuestra vista vague a través de las suaves dunas y el espíritu cabalgue en la cercana lejanía.
Pues ya está todo preparado para ver la programación de hoy…
Qué bonita es la tele de los pobres….
INVIERNOS
Ausencia.
Latido mudo,
angustia y frío.
El roce de tus manos
unos dedos alargados, que
acariciaban
mis muslos,
desnudos
como los campos a cielo abierto.
Los montes ya se olvidaron.
Yo aún te recuerdo.
En tiempo real
Hasta hace un momento, y siempre en buenos términos, se turnaban para usar la silla sana. Pero no aguantaron más y el asunto se dirime allí afuera.
El bucle de una vida muerta.
Y desde mi fría soledad observo que tras esta ventana, todo sigue igual de frío e igualmente sigo sólo.
By Fali
La maldita guerra se nos llevó a todos.
Tu silla en pie
la mía
desvencijada
se cansó de esperarte
siempre sentada.
Se cansó de mirarte
saltar por la ventana
para sembrar desierto
por donde pisas
por donde pasas.
Marifeli
¿Estás asustado?
Mira la ventana.
¿Y qué?
No tiene barrotes.
Se llama libertad.
No comprendo.
Salgamos. ¡Quita esa cara! ¡Sí, la puerta no tiene candado! Y no tienes por qué pedir permiso por todo.
Vidas
Sentémenos en las sillas,
contemplemos el paisaje;
largo ha sido nuestro viaje,
y nuestras vidas sencillas,
lejos de viejas rencillas,
han arribado a buen puerto.
Miremos el campo abierto,
tú y yo bien acomodados,
nunca más atrincherados.
El Amor es nuestro acierto.
Salvador Cortés Cortés
LA CASA DEL HORNILLO
No haciendo caso a la canción, regresó, desnuda, descalza y depilada, al lugar donde fue feliz, en primera línea de playa.
Entró por la ventana abierta un viento ladrón que se llevó mi esperanza, 2 sillas vacías he sembrado tras la sombra de la luz por si tu huída regresa y toma asiento en mi paciencia.
Y así se contempla nuestra ausencia, frente a las arenas del tiempo… Hasta el mar se cansó de esperar…
Se fue
Se fue.
Pero me dejó su soledad.
Dos sillas vacías
que miran ciegas
a través de la ventana
las arenas inamovibles
de un tiempo,
que ya no será.
Siempre supo la verdad pero nunca se lo dijo,
fingió cada día,
para no dañar su orgullo,
sentados esperaron al que nunca llegaría.
Muchos fueron quienes se sentaron A contemplar la nada y huyeron en busca del todo.
Hoy solo quedan los restos de mimbre que siguen siendo testigos de la más absoluta nada.
SILLAS
¿Recuerdas?
La pequeña era la mía, tú preferías la alta.
Esta anea guarda tantos sueños…
Y luego aquel terrible accidente. ¡Treinta años ya!
Pero vamos, amor, es tiempo de regresar al mundo de los espíritus.
Y su sonrisa se fue volviendo pausada, como las suaves olas que acariciaban sus pies cuando su padre le enseñó a nadar…y por fin sintió en lo más profundo de sus pensamientos la calma que tanto había ansiado y que jamás había tenido el gusto de mirar a los ojos. Observó sus manos envejecidas por el tiempo como si fuese un espejismo, respiró profundo y se adentró hacia donde todos temen, pero ella ya estaba preparada.