Creían que eran solo dos, y eran más de un mirón.
–¡Corten! ¡Corten!
¡Tú le dices a él: “¡Cuidado con el vidrio!” y tú le respondes, “Despreocúpate, es un ´Blindestone´”
¿Se olvidan la letra o qué…?
Toma 225 – srps
Coulant de amor
Me follastes contra la ventana, aún me acuerdo cuando me besaste contra la pared, sabia que era cuestión de tiempo…eras tan cobarde, que estaba claro que volverías a tú ruina hogareña!!!. Basura sin reciclar.
ÉL: Desde aquí veo mi antíguo piso de soltero.
YO: Controlo la puerta del recibidor.
SOL DE MEDIA NOCHE
No habían días, ni noches, sólo un colchón y el sol de media noche. Algunos bebían, nosotros no. ¡Quien dijo que Finlandia era un país frío!
Se arrodilló ante tu figura.
Te abrazó con sus brazos, su lengua y sus piernas, para que te quedes a mirar todos sus amaneceres de pie.
Reincidente
Me estremezco pensando en el fuego de su cuerpo empañando la ventana
ráfagas de aire caliente recorren mi cabeza
el aroma de su perfume renace, me envuelve, me nubla el juicio y la palabra.
COMO TE LO CUENTO
— El macizo follándome a pulso contra los amplios ventanales…, porque le ponía ver la ciudad nevada…, y yo con el culo helado y el clítoris hecho una estalactita…
—¿Y?
— Y ahí te quedas, le dije.
EL FRIO MÁS CALIENTE
Combinamos los extremos:
Dulce y salado,
Encima y debajo
Tumbados y de pie
Y el frío con el calor, siendo el frío más caliente que nuestro calor
Abrí sigilosamente, creyendo que Eva dormía. Estuve medio minuto, pero fue media vida la que pasó por delante. Volví atrás, cerré y comprendí que, por error, mi llave abría también el piso de mi vecino.
Y en medio de nuestra pobre y ajada morada, nuestro ardiente deseo desenfrenado afloraba y manifestaba la profunda riqueza de nuestro amor.
Petro LeJones
UNA VIDA DEL MONTÓN
Pues tampoco me perdía tanto: un hombre que me amaba, sexo salvaje a diario y una habitación con vistas.
No es fácil fingir las náuseas que me provocan las alturas y éste desconocido. Fingir;
Todo sea por la pasta.
Librada Romero.
CUÉNTAME UN CUENTO
-Éramos pobres sin cama, muebles o cortinas para el ventanal con vistas al suburbio. Pero restregaba a tu madre contra el cristal lujuriosamente. Tampoco dinero para preservativos…
-Gracias papá, sólo pregunté cuándo empecé a andar…
No te asustes, es amor. Avasalla como un tsunami y arde como un volcán, pero es inofensivo. Si te entregas, llegarás hasta allá. Hasta aquella nube. ¿La ves?
AUGURIO
El cristal estaba helado
al principio.
El deseo quemaba
mientras tanto.
La ciudad aguardaba
paciente
otro ocaso.
Maribel Martín
Esto no puede seguir así. Ya me advirtió ﷼ฯΩ , que las endorfinas eran altamente adictivas…y…llevo tanto tiempo ocupando este cuerpo, que empiezo a acostumbrarme
a esta forma primitiva de placer.
Como he podido caer tan bajo…
Yo, – ¡ una Pleyadiana ! – saciando a este
mono. Quizá me coma su corazón.
Deja un comentario